sábado, 5 de abril de 2014

¿De qué se ríen?

 

   Cabe decir que ni la foto es de cosecha propia, ni el título del artículo es mío. Ha sido mi padre el que me ha dicho que si él fuera Juan José Millás, mañana la usaría en su columna de El País Semanal, y la titularía así. Dado que a Millás no le tiene cerca, se tendrá que conformar con un estudiante de segundo de periodismo. 

   Es complicado responder a la pregunta que ocupa el título, a pesar de mis intentos de descifrar la cuestión, tras unos quince minutos de observar detenidamente a los protagonistas. Todos miran a Cospedal, por lo que todo apunta a que la secretaria general del PP ha soltado un chascarrido. Un chascarrillo es una broma en lenguaje castizo de derechas. No, fuera de bromas, no voy a tratar de averiguar qué puede haber dicho esta mujer y que sea tan gracioso. No estoy lo suficientemente formado. 

   Sí me gustaría aclarar que la risa y la broma no es mala. No quiero parecer Jorge de Burgos, cruel monje de El nombre de la rosa que se encarga de quemar libros que invitan a la sorna. Eso no quita que desde el punto de vista ciudadano cueste entender la captura. Los ciudadanos no vemos a Javier Arenas, Alberto Fabra, María Dolores de Cospedal, Carlos Floriano, Rita Barberá y Esteban González Pons. Vemos a representantes públicos. Y como todo lo público está tan mal, cuesta creer que se rían.

   Me cuidaré de no escribir: Se ríen de nosotros, y dar por finalizado el artículo. Show, don't tell. Muestra, no lo digas. Es algo que nos recalcan en clase. Entonces, ¿se ríen de que la Comunidad Valenciana sea un referente ¡mundial! en corrupción política? Probablemente estén de cachondeo, mientras cuentan el número de imputados que tienen en sus listas.

   Bueno, es posible que a algunos la corrupción no les valga, ya que no hay condenas firmes todavía. Bien, ¿se ríen, entonces, de la gestión de la Ley de dependencia? La situación límite que muchas familias con miembros dependientes viven a día de hoy es todo menos risueña para cualquiera que sienta y padezca. Muchos no verán nunca las ayudas que por ley les corresponden. La verdad es que gracia, no tiene.

   Podríamos seguir ya que, por desgracia, Valencia es pionera en más asunto turbios, como el cierre de canal nou, la situación en educación, en sanidad, el escándalo del metro de valencia, el derroche en grandes eventos. No quiero partir de una foto de unos tipos sonriendo, y terminar llorando yo. Puede que la conclusión sea: Ríen, no por maldad, sino por alejamiento total y sin escrúpulos de la realidad y los ciudadanos que representan. Sus vidas son de auténtico lujo, privilegio y eso les hace gracia. No, no la tiene.

Foto: Información