No hay nada más sano que saber reírse de uno mismo. Y
no hay nada más difícil. Todos pensamos que lo hacemos y, en lo cierto, tan
solo estamos en primero de Ignatius Farray. Lo que está claro es que todos y
cada uno de nosotros vamos a pasar por momentos angustiosos, por fracasos, por
desengaños, todos vamos a vivir decepciones y nadie se va a escapar de sentirse
solo, alguna vez. No podemos cambiarlo, nada va a servir para remediarlo.
No se engañen, no se puede estar feliz siempre. De
hecho, se dice que la depresión va a ser la enfermedad del siglo XXI. Lo más
probable es que pasemos, aunque sea por un período breve de nuestra vida, por
una depresión. Que nadie interprete que celebro esto, ya que si nos ponemos
serios esto daría para un análisis político y sociológico en profundidad. Pero
no quiero hablar de eso esta vez, si no de la capacidad del ser humano para
relativizar lo que le pasa. El humor es un arma innata que nos da la vida. Creo
que El fin de la comedia va, fundamentalmente, de eso mismo.
Se trata de una serie de seis capítulos en los que se
muestra, siempre desde el punto de vista de la ficción –cada uno decide cuánta
ficción hay- la vida fuera de los escenarios de Ignatius Farray. La serie está
llena de momentos absurdos, de situaciones que superan la tragicomedia para
llegar a causar ternura al espectador. Que nadie se espere encontrar al
Ignatius de La Vida Moderna o de sus monólogos. Aquí, da más pena que otra
cosa, aunque lo que vive es tan absurdo que hace reír.
Voy a contar por encima lo que pasa en el episodio 2.
Habrá algún que otro spoiler, aunque creo que, sinceramente, es lo de menos. En
este episodio Ignatius sufre una crisis profesional: no consigue hacer reír.
Para ello llega a comprar un elixir de la risa y, por supuesto, no funciona. O
quizás sí, pero no como él creía. Y es que es cuando comienza a contar en el
monólogo sus miserias, como lo del elixir de la risa, cuando consigue que la
gente se ría.
¿Hay que contar tus miserias para hacer humor? Hay mil
maneras de hacer reír. Y una muy sana es reírte de los que te atacan, de las desgracian
que te suceden y de tus defectos. No sé si esta historia es literal o una
manera que tienen los guionistas de contarnos qué es para ellos el humor. Una
metáfora. En cualquier caso, me parece que este tipo de humor consigue una
doble terapia que lo hace milagroso: Hace que los demás disfruten y sonrían a
pesar de todo y hace que uno mismo se sane y pase página. Un auténtico milagro.
PD: Hace apenas dos semanas se confirmó la segunda temporada de El fin de la comedia.
PD: Hace apenas dos semanas se confirmó la segunda temporada de El fin de la comedia.
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