domingo, 6 de noviembre de 2016

El milagro de la comedia



No hay nada más sano que saber reírse de uno mismo. Y no hay nada más difícil. Todos pensamos que lo hacemos y, en lo cierto, tan solo estamos en primero de Ignatius Farray. Lo que está claro es que todos y cada uno de nosotros vamos a pasar por momentos angustiosos, por fracasos, por desengaños, todos vamos a vivir decepciones y nadie se va a escapar de sentirse solo, alguna vez. No podemos cambiarlo, nada va a servir para remediarlo.

No se engañen, no se puede estar feliz siempre. De hecho, se dice que la depresión va a ser la enfermedad del siglo XXI. Lo más probable es que pasemos, aunque sea por un período breve de nuestra vida, por una depresión. Que nadie interprete que celebro esto, ya que si nos ponemos serios esto daría para un análisis político y sociológico en profundidad. Pero no quiero hablar de eso esta vez, si no de la capacidad del ser humano para relativizar lo que le pasa. El humor es un arma innata que nos da la vida. Creo que El fin de la comedia va, fundamentalmente, de eso mismo.

Se trata de una serie de seis capítulos en los que se muestra, siempre desde el punto de vista de la ficción –cada uno decide cuánta ficción hay- la vida fuera de los escenarios de Ignatius Farray. La serie está llena de momentos absurdos, de situaciones que superan la tragicomedia para llegar a causar ternura al espectador. Que nadie se espere encontrar al Ignatius de La Vida Moderna o de sus monólogos. Aquí, da más pena que otra cosa, aunque lo que vive es tan absurdo que hace reír.



Voy a contar por encima lo que pasa en el episodio 2. Habrá algún que otro spoiler, aunque creo que, sinceramente, es lo de menos. En este episodio Ignatius sufre una crisis profesional: no consigue hacer reír. Para ello llega a comprar un elixir de la risa y, por supuesto, no funciona. O quizás sí, pero no como él creía. Y es que es cuando comienza a contar en el monólogo sus miserias, como lo del elixir de la risa, cuando consigue que la gente se ría.

¿Hay que contar tus miserias para hacer humor? Hay mil maneras de hacer reír. Y una muy sana es reírte de los que te atacan, de las desgracian que te suceden y de tus defectos. No sé si esta historia es literal o una manera que tienen los guionistas de contarnos qué es para ellos el humor. Una metáfora. En cualquier caso, me parece que este tipo de humor consigue una doble terapia que lo hace milagroso: Hace que los demás disfruten y sonrían a pesar de todo y hace que uno mismo se sane y pase página. Un auténtico milagro

PD: Hace apenas dos semanas se confirmó la segunda temporada de El fin de la comedia. 

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