miércoles, 10 de abril de 2013

Enrique Ortiz: El puro que contamina la realidad


Nos encontramos en un proceso de nuestra historia contemporánea en la que la justicia es protagonista. Puede que esta relevancia la comenzara a tomar desde que el monarca Juan Carlos I lanzara al aire una premisa tan impactante como lógica, por otra parte: Tomos somos iguales ante la ley. El otro punto que completa este círculo es la imputación de la Infanta Cristina por el caso Nóos. Pero este no es el único proceso judicial abierto de gran calado, por desgracia hay mucho más. Lo podemos observar con Gürtel, los ERES en Andalucía, los sobres de Bárcenas, las cuentas en Suiza de la familia Pujol, y, a nivel más local, pero no menos importante, el caso Brugal, que afecta directamente a Enrique Ortiz. Con este panorama no es de extañar que la ciudadanía valore la corrupción como una de sus máximas preocupaciones por detrás del paro. Sin embargo ponerse a analizar todos estos casos sería tan aburrido como improductivo, y ya que aprendí de un maestro como Woody Allen que de lo más cercano y particular se obtienen las teorías más universales, me centraré en el individuo que tienen ustedes al comienzo, fumándose un purito. Además, la actualidad me respalda.

Digo que la actualidad me respalda porque hoy se ha conocido que el Consorcio del Plan Zonal de la Vega Baja ha adjudicado la gestión de los residuos a Enrique Ortiz para los próximos doce años. El resultante final de la operación permitirá ganar al empresario de Alicante la friolera de 500 millones de euros. Lo sorprendente -o no- es que la empresa de Ortiz ha sido la única que ha optado a encargarse de dicho servicio, no ha tenido competencia alguna. Poniéndonos en antecedentes comprenderemos que esta situación no es novedosa en absoluto. Enrique Ortiz ha sido durante más de una década el máximo accionista del Hércules CF, haciéndose cargo como favor personal al entonces alcalde de Alicante Luís Díaz Alperi. Se le permitió la recompra del estadio José Rico Pérez, con unas condiciones en el contrato incumplidas posteriormente (se reflejaba entre otras cosas la obligación de una reforma total de la instalación que solo ha sido parcial y ridícula, como podemos ver en el deterioro de los focos de iluminación). También hay que señalar le fue concedido un préstamo de 18 millones de euros por parte del IVF el cual no ha sido devuelto ni se ha aclarado su destino. 

Además, este empresario -es mucho más- se encuentra imputado en el caso Brugal.Todo proviene de su amistad con la alcaldesa de Alicante Sonia Castedo, y la ventaja que ésta supuestamente habría proporcionado a Ortiz a la hora de conocer los cambios en el PGOU - Plan General de Ordenación Urbana-. Esta información es la que habría permitido que Ortiz pudiera acceder preferentemente a ciertas concesiones para sus empresas. El plan Rabasa, la construcción de Ikea, son polémicas que se hacen eternas en Alicante. Por todo esto no es extraño que sea un personaje reconocido en la ciudad , sobre todo si añadimos su curiosa personalidad: es prepotente, no duda en pavonearse de su éxito y sus supuestos logros, de lengua fácil, habla antes de pensar, lo que podemos calificar como un bocazas.

Así, es hora de analizar qué es Enrique Ortiz, qué genera su figura, y en especial por qué existe. Empezaré por el final. Ortiz es un residuo de la democracia española. Puede que algunos lo consideren un legado de antaño, de la época de los caciques, o una herencia de una larga dictadura. No obstante, yo le considero una figura formada a la par que el nuevo comienzo que dio España en 1978. Es un figura paralela a Jesús Gil, ya desaparecido, que dio paso a otros como Julián Muñoz o nuesto protagonista. Y si creo que es producto de lo peor que puede dar nuestro sistema es porque vive amparado por las instituciones. El del purito no necesita vivir al margen de la ley, no necesita llevar gabardina, sombrero y camuflarse. Es un personaje público, que se pavonea delante de todos sin miedo o complejo alguno.

Cuando un trabajador normal y corriente se levanta por la mañana y escucha o lee la noticia de las contratas de basuras, pierde la confianza en el sistema. Por eso es tan perjudicial la existencia de Enrique Oriz, porque al margen de si ha cometido algún delito o no, aparte de ese supuesto daño, rompe totalmente la conviviencia. Contamina la sociedad. Este caso es aplicable a cualquiera de más envergadura, a cualquiera de los muchos casos que hay a nivel nacional. Alguno se pregunta si Enrique Ortiz se presentaría a alcalde. Es obvio que no, y lo peor de todo es que no lo necesita. Como hemos dicho antes es capaz de estar sin estar, de decidir sin tener el voto de nadie para hacerlo. La capacidad de poner en duda todo y contaminar la realidad.

2 comentarios:

  1. Muy bueno, aunque hay alguna falta de ortografía de envergadura... ;) Por lo demás, me ha encantado.

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  2. Esta sociedad está contaminada por todos los lados, sobre todo contaminada por los personajes que en tu artículo citas.
    En cuanto a Enrique Ortiz, como diría mi padre" vaya piesa, ese, ese ,ese es un sinvergüensa hombre..."
    Muy buen artículo. Pura actualidad.

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