jueves, 19 de octubre de 2017

Blade Runner 2049: Pensar




Salgo del cine y pienso en la gran importancia que tiene para la cultura saber comunicar. La necesidad de establecer puentes con el que la consume. De hecho, sin comunicación no hay cultura. Un libro que nadie ha leído no ha tenido la opción de convertirse en cultura, y una película que no se entiende es un gran fracaso. La cultura no puede ser para eruditos porque es algo inherente al ser humano.

‘Blade Runner 2049’ no es una película especialmente sencilla, pero dialoga a la perfección con el que se sienta a verla. Es digna sucesora de su primera parte porque, sin necesidad de hacer una copia cutre, la homenajea y recupera sus grandes temas, que por supuesto siguen vigentes. Son las grandes preguntas que el ser humano siempre se hará: quién soy, por qué estoy aquí, cuál es mi origen.

Junto con las preguntas vitales aparecen cuestiones más de carácter social o evolutivo. Se trata de una película con inquietudes, si se me permite la licencia. Propone hablar de un futuro posible y que tiene que ver menos con la ciencia ficción de lo que nos pensamos. ¿Hasta qué punto los problemas ambientales afectarán a La Tierra? ¿Es responsable generar una tecnología que puede ser dañina solo por el mero hecho de que se tienen las herramientas para generarla? ¿Vamos a ser capaces de gestionar nuestro mundo sentimental en una sociedad robotizada?

En torno a estas cuestiones se crea una historia que está bien contada, que funciona, es original y entretiene. Ryan Gosling cumple con su función. Harrison Ford está para pocos trotes, y se nota, y por eso sale tan poco. El final de la narración no está a la altura del resto de la historia, pierde mucha fuerza. Lo más complicado se consigue: se dan todas las circunstancias para que casi tres horas de película no se hagan pesadas. ¿Podría haber durado menos? Sí, pero yo no prescindiría de ningún elemento para ello.

Hay dos constantes de la primera película que se mantienen: la calidad audiovisual y sonora. A mí no me convencen solamente con esto. Poco me puede sorprender de lo que nos puede ofrecer la gran pantalla en este sentido. Simplemente, busco otras cosas. A los amantes de los planos espectaculares les encantará esta película.


La cultura no debe ser pedagógica, al menos, no explícitamente. No te debe decir lo que pensar. Te debe hacer pensar. Es la diferencia entre aprender y adoctrinar. La cultura debe generar preguntas. Lo normal es que estas preguntas no tengan solución, lo más común es que haya muchas soluciones que generen más preguntas. Hacerse preguntas es, tan solo, una forma más de sentirse humano. De estar en el mundo. ‘Blade Runner 2049’ nos ayuda a cultivar este terreno. 

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