Salgo del cine y pienso en la gran importancia que tiene para la cultura saber comunicar. La necesidad de establecer puentes con el que la consume. De hecho, sin comunicación no hay cultura. Un libro que nadie ha leído no ha tenido la opción de convertirse en cultura, y una película que no se entiende es un gran fracaso. La cultura no puede ser para eruditos porque es algo inherente al ser humano.
‘Blade Runner 2049’ no es una película especialmente sencilla,
pero dialoga a la perfección con el que se sienta a verla. Es digna sucesora de
su primera parte porque, sin necesidad de hacer una copia cutre, la homenajea y
recupera sus grandes temas, que por supuesto siguen vigentes. Son las grandes
preguntas que el ser humano siempre se hará: quién soy, por qué estoy aquí,
cuál es mi origen.
Junto con las preguntas vitales aparecen cuestiones
más de carácter social o evolutivo. Se trata de una película con inquietudes,
si se me permite la licencia. Propone hablar de un futuro posible y que tiene
que ver menos con la ciencia ficción de lo que nos pensamos. ¿Hasta qué punto
los problemas ambientales afectarán a La Tierra? ¿Es responsable generar una
tecnología que puede ser dañina solo por el mero hecho de que se tienen las
herramientas para generarla? ¿Vamos a ser capaces de gestionar nuestro mundo
sentimental en una sociedad robotizada?
En torno a estas cuestiones se crea una historia que
está bien contada, que funciona, es original y entretiene. Ryan Gosling cumple
con su función. Harrison Ford está para pocos trotes, y se nota, y por eso sale
tan poco. El final de la narración no está a la altura del resto de la historia,
pierde mucha fuerza. Lo más complicado se consigue: se dan todas las
circunstancias para que casi tres horas de película no se hagan pesadas.
¿Podría haber durado menos? Sí, pero yo no prescindiría de ningún elemento para
ello.
Hay dos constantes de la primera película que se
mantienen: la calidad audiovisual y sonora. A mí no me convencen solamente con
esto. Poco me puede sorprender de lo que nos puede ofrecer la gran pantalla en
este sentido. Simplemente, busco otras cosas. A los amantes de los planos
espectaculares les encantará esta película.
La cultura no debe ser pedagógica, al menos, no
explícitamente. No te debe decir lo que pensar. Te debe hacer pensar. Es la
diferencia entre aprender y adoctrinar. La cultura debe generar preguntas. Lo
normal es que estas preguntas no tengan solución, lo más común es que haya
muchas soluciones que generen más preguntas. Hacerse preguntas es, tan solo,
una forma más de sentirse humano. De estar en el mundo. ‘Blade Runner 2049’ nos
ayuda a cultivar este terreno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario