jueves, 21 de febrero de 2013

¡Va por ustedes!


Para que usted y yo, querido lector que vuelve a visitar este blog después de un tiempo, ya que por causas que yo no soy conocedor la inspiración no ha estado conmigo los últimos días, nos entendamos, hemos de establecer una premisa clara: Prefiero tomarme en clave de humor lo acontecido ayer en el Congreso de los Diputados, en el debate del Estado de la Nación. Ojo, esto no quita un ápice de realidad a lo que voy a comentar, dicho sea de paso. Pero sí prefiero enfocarlo de distinta forma a la convencial por un tema de salud, básicamente, la suya y la mía, en estos tiempos en los que la salud se ve tan atacada, precisamente por los individuos que integran la imagen de cabecera. No he escogido una foto cualquiera, no es la primera que he encontrado, no. Esta foto sin duda llama la atención, y se le puede sacar mucho partido, o al menos esa es mi visión. O mis visiones, cómo verán ahora.

Pues bien, aquí va la primera interpretación. Que es la más maliciosa, y la que ustedes ya se habrán imaginado en cuanto la han visto. Sí, parece que Rajoy esté haciendo un intento de saludo fascista. Esto lleva a los críticos de sus políticas a tratar con sorna el momento y manipular (en clave de humor, se presupone) lo que él intenta hacer en realidad, que es saludar a alguien. Pero claro, es Rajoy, un presidente de derechas, del PP, y que está recortando a diestro y siniestro, ahí es donde está el jugo del asunto. Esta imagen con Zapatero o Rubalcaba como protagonistas no ofrecería tanto juego, ni mucho menos. La gracia que todos captamos al instante en el segundo uno de visualizar esta captura, es la relación que se puede establecer entre Rajoy y todo lo que en España (por desgracia) huele a fascismo, osea, la dictadura franquista. Si Rajoy no llevase un año haciendo lo que hace esta foto pasaría desapercibida, pero por desgracia, nuestra perversa mente no puede evitar hacer comparaciones, que siempre, y ésta no es una excepción, son odiosas. Pero siempre se quedará en un intento de saludo fascista, por suerte.

Creo que esa interpretación estaba clara por todos. Ahora comienza mi desfase particular, el momento en el que comienzo a ver cosas que quiero compartir. Y es que nuestro querido presidente es muy polifacético, sí, ahora se lo diré yo. ¿Saben algo de rap ustedes? Si la respuesta es sí no les costará imaginarse a Mariano exactamente con la misma pose en la que lo ven, pero con vestimenta de rapero, sí, con su gorra y su sudadera ancha, improvisando cualquier tema que se les ocurra, mientras mueve el brazo al compás de los aplausos de sus compañeros de partido. Rajoy tiene flow. Esta es una versión demasiado divertida de la situación ¿No creen? Realmente lo que se debatía ayer era serio. Si yo me permito el lujo de satirizarlo, es por el precedente que crean los mismos protagonistas. Un precedente que da al escenario un aspecto de show, de función teatral. Abucheos, interrupciones, mensajes muy destacados que de contenido no tienen nada, y solo pretenden derribar al rival político... Así todo el día.

Analizando más a fondo la imagen me dan ganas de gritar: ¡Ave, César! Ya que el saludo de Rajoy casi se podría interpretar más desde ese punto de vista que desde el fascista. Ahora bien, lo de imaginárselo con la túnica blanca, sin pantalones, se lo dejo a ustedes. Me he detenido, además, en los demás integrantes de la foto, que también tienen lo suyo. Por ejemplo, Soraya Saénz de Santamaría, con la mirada hacia abajo, pose característica de la madre que se siente orgullosa de su hijo tras lo que acaba de hacer, y que no se atreve a mirarle directamente a los ojos de la emoción. Cuidado, también puede ser pose de enamorada. Tenemos a García-Margallo, que mantiene un aplauso muy directo al presidente, con una cierta inclinación hacia él, como queriendo ser protagonista. Así, hasta un sinfín de detalles podríamos apreciar, pero sin duda algo general destaco yo. Les veo, y me parecen de cera. Esas sonrisas me hace pensar que no comparten mi mundo, mi realidad. Eso que se llevan. En todos los sentidos.

Para acabar, les ofreceré mi visión final de Mariano Rajoy. Es con la que me quiero quedar, para mí, es la que mejor representa la realidad de todas. Ni el Rajoy facha, ni el rapero, ni el emperador. La mejor es el Rajoy torero. Díganme que no le ven con su traje de luces, esa mano recostada en el estómago, que le da una clase sin igual, mientras alza el brazo, lanza su montera al público (a su público, en este caso sería su gente del Gobierno), mientras grita efusivamente, con ese hablar tan característico: ¡Va por ustedes!
Desde luego que va por ellos, porque por pocos más puede ir.

1 comentario:

  1. QUIZAS NO SEA TODO LO OBJETIVO QUE DEBIERA,PERO EN ARTICULOS COMO ESTE DEMUESTRAS TODO LO QUE PUEDES DAR.
    ESCRIBES BIEN Y ESTAS DOCUMENTADO,SABES QUE ESTOY ORGULLOSO DE TI.
    SIGUE ASI.

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