El siguiente texto contiene spoilers. Si no ha visto Star Wars: Los Últimos Jedi no siga leyendo.
Star Wars es mucho más que una película de cine. Es suficiente
observar el estreno de Los Últimos Jedi
para comprobarlo. No solo es la taquilla. En la era de Internet un fenómeno
como el de Star Wars se multiplica: durante dos años la red se ha llenado de
teorías sobre lo que iba a pasar en la película que se acaba de llevar al cine.
Trabajar con esa
presión y esas expectativas es muy complicado.
Por eso aplaudo a Ryan Johnson con
lo que ha hecho con el episodio VIII de la saga. Ante la duda, cine. Creo que Los Últimos Jedi es la película
más cinematográfica de toda la colección de Star Wars y soy consciente de
que esto es mucho decir. Cuando salí del cine pensé que era la mejor de todas.
Para mí, de lejos. Lo sigo pensando. También sé que la opinión se va a dividir
y entiendo que esto vaya a suceder irremediablemente.
¿Cómo se puede
contentar a millones de fans que llevan años subiendo videos a YouTube con
teorías y especulaciones sobre lo que le pasará a los Skywalker? Simplemente no
se puede. Es imposible. Se puede
dejar satisfechos a unos cuantos, con suerte. ¿Si miles de personas llevan dos años lanzando teorías en Internet cómo
vas a sorprendes a la hora de hacer tu película? Se puede y Ryan Johnson lo
demuestra con lo que para mí es una obra maestra del cine. Todo lo que pasa en
estas dos horas y media te remueve, te inquieta y te implica. Nada es
predecible y es un meritazo teniendo en cuenta los precedentes.
Un abanico de
géneros
Soy de esos a los que no se les gana con unos efectos
especiales alucinantes. Admiro las posibilidades técnicas que se ofrecen hoy en
día pero no es algo que me emocione sin más. En Los Últimos Jedi hay más que
eso. La fotografía está muy cuidada y es
la película de Star Wars que más ha intentado transmitirme con los planos.
Por esto en gran medida digo que es la más cinematográfica, porque todo está
muy cuidado y pensado.
Y tampoco les voy a engañar con esto: el género de
aventuras no es mi preferido. Tampoco el de las películas de guerra. Los
últimos jedi tiene un poco de ambos géneros. Y de otros claro. Me parece una fantástica película de
aventuras porque en la mente del espectador está muy claro lo que sucede: los
buenos huyen de los malos. Basta. A menudo tengo la sensación de que en
Star Wars nos volvían un poco locos con planes militares que pocos espectadores
captaban del todo. Aquí el recorrido visual está muy claro y eso ayuda a que
los demás nos enteremos mejor. Y empaticemos más. Entender lo que pasa en la
pantalla te ayuda a meterte más en la piel de los personajes, en su causa y en
su historia. Los Últimos Jedi es una película de evasión, de una gran escapada
por la supervivencia de La Resistencia frente a La Primera Orden.
No voy a ser yo el que diga por primera vez que Star
Wars es un western del espacio. Sí quiero recalcar que en esta ocasión esto
está más explotado que nunca y, para mí, conseguido. El ejemplo más evidente lo
tenemos con el enfrentamiento final entre Luke Skywalker y Kylo Ren. Como hacían los antiguos vaqueros del oeste
se quedan mirando durante bastante tiempo, con planos cortos y detalle muy bien
elegidos. A una película no la hace mejor parecerse a una del oeste, pero
sí la hace más efectiva usar elementos que está comprobado que ayudan a contar
mejor lo que quieres expresar con cada escena. Por eso, insisto, Los Últimos Jedi es la más cinéfila de todas
las de Star Wars.
Luke Skywalker
Star Wars no sería lo que es sin los jedi y los sith,
el bien y el mal, el lado luminoso y el oscuro, sin la fuerza, sin profecías y
sin la historia de los Skywalker. Para
mí el mérito que tiene Ryan Johnson es hacer una buena película de aventuras,
una buena película militar y una buena película filosófica en una misma
película. Y aquí entra en juego todo lo que pasa con Luke Skywalker.
Luke Skywalker no
es lo que era y me encanta que sea así.
Han tenido la valentía de cargarse al héroe impoluto de la saga. El que no dudó
nunca. El que consiguió que Darth Vader volviera del lado oscuro. El chico
rubito se convierte en un viejo desagradable, uraño y desilusionado. ¿Por qué
esto enfada a tanta gente? ¿Por qué no es algo que pueda ser factible? A mí me
parece enriquecedor que los personajes evolucionen y no se queden un mismo
prisma permanentemente. A Luke le han pasado cosas que le han hecho ser el
personaje que vemos en este episodio.
Luke dudó si era conveniente matar a su sobrino, Ben
Solo, de manera fría y calculada. Esta historia es otro de los grandes aciertos
de la película. Nos recuerda lo importante que es el punto de vista. Esta
escena se cuenta tres veces: desde el punto de vista de Luke (muy parcial), de
Kylo Ren (parcial) y de nuevo desde el prisma de Luke pero contando todos los
detalles. El gran héroe, la nueva
esperanza de la galaxia, estuvo a punto de matar al hijo de su hermana. Él
lo percibió y acabó siendo un villano que destruyó la Orden Jedi. Ante esta
situación no me parece tan extraña la actitud de Luke: recordemos que es un huérfano que no conoció a su madre, su padre fue
Darth Vader y ahora su sobrino acaba en el lado oscuro. Tiene que estar
hasta las narices.
La película tiene muchas rimas internas, especialmente con Luke, muy bien usadas. La primera
es su encuentro con R2-D2 y el holograma
de Leia del episodio IV en el que pedía ayuda a Obi Wan Kenobi. De alguna
forma, Luke es el Obi Wan de esta era. Y lo vemos en el final de la película,
con su muerte. En un sacrificio final,
al igual que su viejo maestro, usa su poder para que los demás escapen y él se
desvanece con la fuerza. La mejor me parece la que tiene que ver las
puestas de sol: en su primera aparición
en el cine vemos a Luke como un chico soñador que mira el horizonte con
esperanza. En su muerte también ve una puesta de sol, y a pesar de estar a
punto de marcharse para siempre sigue teniendo la misma mirada.
Kylo Ren y Rey
Si algo me gusta de esta etapa de Star Wars es la
ambigüedad. Me parece muy creíble que
los personajes tengan matices grises teniendo en cuenta que venimos de una saga
en la que todo era blanco o negro en cuestión de segundos. En Los Últimos Jedi
vemos dudas. Especialmente con Rey y Kylo Ren.
Dudamos varias veces tanto de si uno se va pasar al
bando de los buenos como si la otra se va a pasar al bando de los malos. Vemos como la protagonista coge un sable de
luz rojo, algo impensable en películas anteriores. Tan inimaginable como que un
malo coja el sable azul de los buenos. Que se eliminen estas barreras me
parece un acierto porque hace a los protagonistas más impredecibles.
La papeleta de Kylo Ren era complicada. Costaba no
verle como un adolescente jugando a ser Darth Vader. Con este episodio han
conseguido que se transforme en un auténtico villano con detalles muy ricos. Sus
dudas le hacen más interesante. Mata a
su padre pero opta por salvar a su madre. Empatiza con Rey hasta el punto de
matar a Snoke, su maestro. Decide tomar el mando de la Primera Orden. No
lleva máscara pero se ha atrevido a algo a lo que jamás aspiró Darth Vader:
liderar el solo la galaxia.
Tras más de dos años con teorías en Internet parece
que Rey, al final, no es hija de nadie importante. Aunque esto le puede quitar
morbo al asunto convierte la historia en algo muy interesante. Lo que nos quieren contar es que
cualquiera puede ser un jedi. Con muchos matices, Rey representa la luz y
Kylo la oscuridad. Cuando los dos están disputando el sable de los Skywalker
creo que nos muestran una metáfora que resume Star Wars: el sable representa a la familia Skywalker y a un lado está el bien y
al otro el mal. El sable queda destruido al igual que esta familia se viene
abajo a lo largo de la saga por culpa de esta lucha entre el bien y el mal.
Mensaje social
Es evidente que Disney
quiere hacer muchas películas de Star Wars tras comprar los derechos. Me
parecía algo muy difícil de conseguir si se seguía el patrón de los Skywalker.
Ahora ya no lo necesitan. De nuevo, el sable roto que pasó por manos de Anakin
y de Luke. Rey le pregunta a Leia, mirando el sable, si con lo poco que tienen
pueden construir una Resistencia. Ella le dice que sí, que tienen todo lo que
necesitan. El mensaje es claro: la galaxia ya no necesita a los Skywalker. Es
duro, pero es cierto. Disney ha
conseguido una coartada para hacer películas de jedi mientras quieran.
El final de la película apoya esta teoría. Vemos a un
niño esclavo con un anillo de la Resistencia. Este crio usa la fuerza para atraer
una escoba hacia él. Una nueva generación de jedi se aproxima gracias a gente
como Rey: esclavos y pobres de toda la
galaxia que tienen motivos reales, podríamos decir políticos y sociales, para
luchar contra un régimen malvado y corrupto. La política había estado muy
presente hasta ahora en Star Wars pero de forma muy obtusa y enrevesada. Al
final lo que nos contaban era que había dinastías, monarquías y élites
corruptas. ¿El futuro de Star Wars son
jedis concienciados socialmente? Creo que sí.
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