

En
definitiva, se pudo ver el compromiso que esta gente tiene con su gente, con su
tiempo. Sobre todo, ese compromiso social con los vencidos, con los que merecen
justicia poética. Sus intervenciones fueron magistrales, tremendamente
aplaudidas y sentidas. El momento álgido de la noche llego con Cavalo Morto, poema inconfundible de
Mestre. Fue tal el clamor del público, que los artistas ofrecieron un poema y
una canción más respectivamente. Esa noche se pudo ver otra gente, otra gente
muy impotante.
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