lunes, 3 de diciembre de 2012

Lo que vendrá después

Lejos está mi intención hacer de este espacio un lugar en el que siempre se hable de la misera que nos rodea. Prometo que me gustaría hablar de otra cosa, pero como ya he dicho muchas veces, la actualidad manda, y es la que es. Será que los Lunes es complicado hablar de algo positivo. Así que siento si la reflexión de hoy termina de joder el duro día a alguien, pero me parece necesaria, al menos a mi juicio. Sí, me preocupa lo que vendrá después. ¿Después de qué? Pues de lo que se habla en todas partes, de esta maldita crisis.

La podríamos bautizar como la poscrisis. Espero equivocarme y que dentro de unos años no tengamos que leer en ningún periódico esta palabra, de la misma forma que hoy nos han metido la crisis desde el desayuno hasta que nos vamos a dormir. Pero la situación me hace ser mal pensado. Voy a explicar un poco todo esto. Salvando las distancias, hago el símil con la Guerra Civil Española. Afortunadamente, esto que vivimos ahora no es una guerra, o al menos eso creo. Y lo que vendrá después, espero no equivocarme, no será tan terrible como la dictadura que asoló España. El punto en el que quiero incidir es precisamente en que siempre se ha destacado que mucha gente lo pasó peor después de la guerra que en el trascurso de la misma. Se pasó hambre, un sistema de racionamiento bestial, represión, emigración, una España destruida (en todos los aspectos).

Estamos metidos en la crisis. No sé lo que nos queda. Quizá dos, tres o cuatro años, espero que los mínimos posibles. Desgracidamente el futuro lo veo negro, pero llegará algún día en el que la recesión económica termine. Llegará un día en que las cifras de paro no sean tan escandalosas. Llegará un día en el que unos pocos comenzarán a ganar dinero. Aunque hoy parezca muy lejano, llegará. Y claro, ya no habrá crisis. Y nadie se acordará de todos los que se han quedado por el camino. De todos los que siguen estando en paro. De todas las familias desahuciadas, condenadas a la pobreza. De todos los trabajadores, que pese a que han mantenido un puesto de trabajo, han perdido derechos sociales, que tanto costó conseguir. De toda la ciudadanía, que sin duda será más pobre, no estará en crisis, pero como por arte de magia alguien les habrá robado calidad de vida. 

Esa es la poscrisis que me aterra. Personalmente, no confío en los de arriba para que todos podamos salir de esta. Es la hora de los humanos, de moverse, de evitar esa posible catástrofe. A pesar de que mi visión puede ser muy apocalíptica para algunos, también puede ser muy real. No obstante, creo que hay que quedarse con otro aspecto. Es evitable.

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